Amatlán de Cañas
Eran las 2 de la tarde y todo crudo llegaba a casa. Había comprado un atún, verduras enlatadas y mayonesa, dispuesto a comermelo todo batido y dormir un rato. El destino -sin embargo- nos deparaba algo más.
No me costo más de 15 minutos convencerlos y una hora después, estábamos Jalia, Joaquín, yo y Abraham rumbo a Amatlán de Cañas, un pueblito de Nayarit, cerca de los límites con Jalisco. Íbamos a festejar el cumpleaños de Trini, una chava que nadie conocía muy bien (mucho menos a sus amigos).
Total, terminamos en un hotel, con albercas terminales, un psicólogo-maestro enfermo-warrior-mal-pedo, una congestión alcohólica de la cumpleañera y un chocolate. Y de ahí a una fiesta de Innox, a tomar guachicol (lawaloca) presenciando con un destape homosexual y muchas interpretaciones muy bien realizadas.
Un fin de semana cualquiera.
No me costo más de 15 minutos convencerlos y una hora después, estábamos Jalia, Joaquín, yo y Abraham rumbo a Amatlán de Cañas, un pueblito de Nayarit, cerca de los límites con Jalisco. Íbamos a festejar el cumpleaños de Trini, una chava que nadie conocía muy bien (mucho menos a sus amigos).
Total, terminamos en un hotel, con albercas terminales, un psicólogo-maestro enfermo-warrior-mal-pedo, una congestión alcohólica de la cumpleañera y un chocolate. Y de ahí a una fiesta de Innox, a tomar guachicol (lawaloca) presenciando con un destape homosexual y muchas interpretaciones muy bien realizadas.
Un fin de semana cualquiera.
Etiquetas: fiestas, hulk, jalia, joako, maho, nayarit, viajes
12 de marzo de 2008, 17:41
si muy comun en la casa del mal que pasen estas cosas top
31 de marzo de 2008, 14:45
AH SI UN FIN CUALKIERA AVECES TNGO D ESOS ;) top